
En las últimas semanas, el estado de Florida pasó una ley a la que los medios han denominado «Ley No digas Gay» que en su versión actual que fue aprobada por los diputados del estado, prohibe la plática sobre orientación sexual de cualquier tipo en kinder y los dos primeros grados de primaria.
El problema comenzó cuando la prensa publicó un borrador de la ley que incluía artículos donde se prohibía discutir de cualquier manera la orientación sexual general en las primarias del estado, o sea que si un día la maestra pide a los alumnos que dibujen a su familia y uno o más niños dibujan a sus dos mamás o dos papás, la maestra tendría prohibido hacer una plática sobre esto en clase. Repito: este era el borrador de la ley y no la que se aprobó.
¿Qué tiene que ver Disney en todo esto?
Bueno pues como era de esperarse, más tardó la ley en ser aprobada que las redes sociales y medios de comunicación ya habían armado todo un escándalo sobre el tema, basados en el borrador solamente. Y Bob Chapek, el nuevo CEO de The Walt Disney Company, públicamente declaró que la posición de la empresa era que no tenían posición.
Para que entiendan que tan importante es esto: Disney no es solo una mega corporación mundial, en Florida es responsable del 40% de las ganancias y empleos del estado, contribuye a campañas políticas y demás por lo que decir «no tenemos una posición en el tema» fue lo peor que pudieron decir.
En los parques ha habido demostraciones por Pride Day y el «lugar más mágico de todos» no discrimina pero entre muchas otras quejas que posee, Disney tiene una laaaaarga lista de problemas de representación en todos sus productos, desde racial, cultural hasta sexual.
Disney es una empresa y no puede promover solo un lado de la sociedad por ganancia. Hemos visto sus patéticos intentos de representación sexual en sus películas o series que son fáciles de editar para mercados socialistas más severos como China, el santo patrono de Disney y Hollywood en los últimos años.
La semana pasada con el estreno de ‘Red’, la nueva película de Pixar, salieron a la luz varias realidades de la empresa de la boca de los empleados quienes aseguran que no ha habido un proyecto en los últimos diez años que no haya querido ser más inclusivo pero que los ejecutivos de Disney rechazan contundentemente esas ideas a tal grado de que varios proyectos quedan irreconocibles o simplemente son cancelados (¿recuerdan que el año pasado les dijimos que ‘Luca’ era taaan obviamente una alegoría sobre la homosexualidad? Bueno pues ahí tienen)
Ahora, aquí es donde ambos lados deben poner atención porque ninguno queda linre de culpas.
Pienso que es correcto el defender la diversidad de todas las personas y evitar leyes retrogradas a como dé lugar, pero la forma en la que se hizo estuvo mal porque más que «power of the people» la forma en que se obligó al presidente de Disney a cambiar su postura y denunciar la ley, los transformó en bullies. Estamos tan metidos en la pelea contra esos gobiernos que insisten en «se hace como yo digo» que no nos damos cuenta que la «Cancel Culture» y las redes sociales se han vuelto otra forma de «se hace como yo digo».
Es obvio que Chapek y Disney no «accedieron a cambiar su postura» de forma natural o porque piensen eso, lo hicieron para evitar ser «cancelados» y perder dinero. Es como arrepentirte de engañar a tu pareja solo por miedo a quedarte solo, no estás avergonzado, estás espantado porque te cacharon y no quieres perder lo bueno, pero en el fondo sabes que lo vas a volver a hacer.
No defiendo a Chapek, oooh no, Dios sabe que el hombre no me cae porque está llevando a Disney a la ruina, pero había mejores maneras de pelear esto y ahora la posición de apoyo de Disney se siente falsa e internamente no va a cambiar nada.
I’m Out!!!!!