Esta película simplemente es un viaje en el tiempo, nos regresa a esa época donde Mini Espías eran lo máximo. Nunca fui fan de Sharkboy y Lavagirl pero por alguna razón existe esa emoción de volverlos a ver en pantalla. Esta película tiene todo ese estilo, donde el mundo está creado para niños y la cinta es una historia de acción exclusiva para los más pequeños, en caso de que busquen algo más serio y profundo les advierto que esta no es la película para ustedes. We Can Be heroes ocupa la nostalgia al traer de vuelta a estos dos héroes pero no son más que una participación especial, al igual que la aportación Pedro Pascal.

Todo recae en el grupo de niños más extraño que se les pudo ocurrir, con una serie de superpoderes que van desde ser un gran líder hasta hacer levitar las cosas con la voz. Con un bonito mensaje es como nos adentramos en la vida de los hijos del grupo de superhéroes más importante del país, los cuales tendrán que salvar a sus padres después de que estos sean capturados por un grupo de alienígenas.

La aventura pone a todos lo pequeños a descifrar nuevas misiones y a aprender de los errores de sus padres, comprendiendo que la nueva generación siempre tiene que ser una versión mejorada a la anterior, aquí el clímax está que un miembro de este grupo no posee ninguna habilidad especial pero logra ser la que los mantiene unido. De manera muy divertida estos niños te entretienen con sus alocadas ideas para resolver cada conflicto que tienen enfrente. Una película familiar apta para todos que demuestra que cuando un director realmente se propone hacer una cinta para niños puede lograrlo y sin duda Robert Rodríguez sabe como hacerlo, sin perder su estilo pero actualizándose a las situaciones actuales, un must watch para cualquiera.

8/10