Desgraciadamente vivimos en una sociedad donde el término justicia es bastante liviano y cuando la gente se obsesiona por algo que le ha quitado a alguien de su vida, la policía se ve en la constante presión por encontrar a un culpable. A veces perdemos la noción de la realidad con el fin de tener a quien gritarle todo nuestro dolor e ira, pero son pocos los que abren los ojos para ver más allá y analizar ciegamente si es cierto que dicha persona es realmente el criminal. El sistema de justicia de cualquier país tiene esa ligera brecha donde un inocente es acusado con el afán de cerrar un caso que parece no tener fin. Just Mercy es una dura cinta que nos recuerda que esto ocurre constantemente y que no debemos dejar de prestar atención a todos los detalles pues estos son los que cuentan la verdad.
Michael B. Jordan ha crecido rápidamente como actor demostrando ser uno de los mejores de su generación a pesar de tener algunos tropiezos, Jordan siempre ha entregado grandes personajes que exigen mucho de él. Aquí lo vemos darle vida a un hombre cuyos mayores sueños es poder darle justicia a quienes no la tienen, ayuda a quien más la necesita por la módica cantidad de hacer un bien para los demás, Michael en verdad se transforma y se involucra tanto en su personaje que sufrimos sus frustraciones y le creemos cada palabra que suelta, una de esas actuaciones demasiado naturales. Por otro lado tenemos a Jaime Foxx quien siempre ha sabido saca mayor provecho a personajes secundarios y en Just Mercy no hace lo contrario pues aquí da vida a un convicto que ha perdido la esperanza pero que poco a poco va viendo que puede existir una luz fuera del camino, siendo la dupla perfecta que está cinta necesitaba.
Just Mercy puede parecer genérica a primera instancia y mientras es cierto que se enfoca en el caso donde la persona de color es injustamente acusada, la realidad es que siempre mantienen en alto que no es el color de piel lo que el personaje busca afrontar sino la injusticia de ver a alguien caminar a su muerte sin ser culpable de lo que se le acusa. Esta es una cinta dura y real que nos hará recordar que no vivimos en un mundo perfecto que debemos tener los ojos abiertos, una película necesaria para muchos países ahora pero sobre todo una dura lección contada de manera maravillosa.