The Call of the Wild (El Llamado Salvaje): El engaño publicitario del 2020

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En la vida de todo ser humano, llega un momento en que trabajamos por que necesitamos comer, o en su defecto en la vida de todo actor llega el momento donde deciden aceptar cualquier proyecto con el afán de mantenerse “presentes”. The Call of the Wild debe ser el engaño publicitario más impresionante que he visto desde Into The Woods, pues aquí todo apunta a una intensa aventura por las montañas donde un perro y, el ya viejo, Harrison Ford deben luchar contra las adversidades, pero vaya sorpresa es encontrar que el aclamado actor solo sale la última media hora de una cinta cuya duración es hora y treinta minutos. Así es señores; la participación especial de Ford es reducida a unos cuánto minutos al final en una historia aburrida.

Harrison entrega una de sus peores y más falsas actuaciones junto a un elenco de actores que parece que Hollywood olvidó, como Omar Sy y Dan Stevens, quienes hacen un poco más de esfuerzo que el veterano pero nada del otro mundo. Lo más doloroso es ver que cuando Han Solo aparece en pantalla la película se hunde aún más de lo que ya estaba. Investigando un poco, me voy enterando que está cinta es un remake del remake del remake, pues parece que es la cuarta vez que alguien decide llevar esta novela (si es un libro) a la pantalla grande solo que en esta ocasión se usaron animales hechos por computadora. La trama es floja y tan lenta que ni siquiera a un pequeño le va a llamar la atención, el perro carece de toda expresión y los momentos de ternura nunca existen lo que provoca que jamás quieras interactuar con el centro de la película.

En resumidas palabras esta es la historia de un perro que no encuentra su lugar en el mundo hasta que un día es secuestrado y finalmente es feliz haciendo algo que nunca pensó posible. El final puede ser la parte más absurda de la cinta pues verlo irse al mundo salvaje no está manejado de la manera correcta, en sí nada en esta cinta vale la pena. Entiendo que ahora las leyes en contra del maltrato animal son extremas y necesarias pero al igual que muchos otros temas han llevado al cero uso de animales reales, por lo que este tipo de proyectos suele sufrir de un factor muy importante que es el darle realismo a las cosas. Aquí Buck (el perro) se ve sumamente falso y carece de cualquier expresión, los actores, a excepción de Omar Sy, no saben interactuar con el; por lo que hacen notorio que el perro no está presente. Los efectos visuales dejan mucho que desear por lo que la cinta está perdida desde el primer instante.

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