Cada año tenemos esa película que suena por todos lados, de la que críticos y expertos apuntan para ser la favorita de todos en la temporada de premios pero, en la mayoría de las ocasiones, suele no ser tan impresionante como mencionan, y luego tenemos casos especiales como Marriage Story, una brutal visión del proceso de divorcio desde ambos puntos de vista en un guion tan crudo que te golpe a la cara con cada segundo que pasa. Esta es la joya de este año y no dudo que todos los gremios se inclinen finalmente por darle cuanto premio puedan a esta película pues para sorpresa de muchos es todo lo que nos prometieron
Marriage Story no juega a los malos y los buenos simplemente demuestra el crudo proceso que es separarse de alguien sobre todo cuando tomamos malas decisiones y como poco a poco los únicos afectados son los más pequeños, el hijo es el hilo entre ambas partes de esta cinta y es finalmente quien te deja ver que ambos personajes se han equivocado en sus vidas, que han cometido tremendos errores pero que ninguno ha dejado de ser un buen padre por esto, es el quien finalmente con sus contados diálogos te muestra realmente que está ocurriendo. Los únicos villanos son los abogados que parece que olvidan la parte humana y dejan todo con tal de ganar al grado de que dejan de lado lo que, se supone, los clientes quieren. Este análisis muestra como todo es un proceso donde a pesar de que se puedo manejar de una manera sencilla las cosas se complican hasta el punto donde ambas partes ya no puede más.
Laura Dern se coloca como la favorita por crear a la peor abogada de la historia que solamente se está reflejando a sí misma en una batalla donde siempre hace todo lo que no le están pidiendo tratando de ver por “el bien” de su equipo. Pero son Scarlett Johansson y Adam Driver quienes merecen todos y cada uno de los aplausos y que han llegado para mover cualquier predicción que se tenía a principios de año puesto que las actuaciones de ambos son de miedo, no hay un solo momento donde ninguno deje de brillar. Noa Baumbach no escatima al momento de dirigir y le da a cada personaje su momento de demostrar todo lo quesiente, de explotar y de que lucirse para finalmente llevarnos al punto más alto de la colina en una explosiva escena donde todo llega a su fin, dejando un claro desenlacé.
Adam Driver, podría convertirse en la sorpresa que nadie ve venir y por mucho que amemos a Joaquín Phoenix no me sorprendería que este hombre se lleve el premio al final, aquí Driver se transforma en un esposo que sabe que todo se ha terminado, que no esta del todo consciente de todos sus errores pero que lo único que no quiere es perder a su hijo y cuando está fibra es tocada saca todo para convertirse en el monstruo que todos quieren que sea. Driver es fenomenal y nos logra transmitir cada sentimiento de frustración al ver que poco a poco su vida se viene abajo. Por otro lado tenemos a Scarlett Johansson, todo actor tiene ese momento en su carrera donde a pesar del pasado demuestra que esta en el negocio por algo. Marriage Story es ese proyecto para Scarlett quién deja atrás el sex symbol, los superheroes y cualquier comedia romántica para transformarse en una simple esposa y madre que abre los ojos para descubrir que nunca ha vivido como quería.
Johansson es una mujer que no sabe decidir por sí sola que incluso su mayor error es por seguir las palabras de alguien más y el momento donde todo lo cae de peso es el darse cuenta que incluso su divorcio es un desastre por nunca saber tomar una decisión realmente sola, esta es una mujer que se está descubriendo y que hasta cierto punto llega a culpar a los demás de su estado actual hasta el momento donde ya no puede más y se percata que la solución era otra. Una actuación tan impresionante y natural que en más de una ocasión te quieres levantar a simplemente aplaudirle.
Marriage Story es dura, es fría y cruel, te muestra los errores y las virtudes de ambas partes, te deja ver que todo tiene un porque, pero sobre todo es una montaña rusa de emociones que te tendrán al borde del asiento, demostrando que lo que hoy en día parece algo tan sencillo en realidad tiene consecuencias mucho más fuertes y que el proceso de decir “ya no quiero” puede costar más de lo que esperabas. En pocas palabras esta es la película de la que todo mundo está hablando y de la que todo mundo tiene razón, un clásico instantáneo para cerrar la década.