Podemos discutir por horas sobre la experiencia de ver una película en el cine, los pros y contras, pero hay algo que aunque lo disfruto en mi computadora también, no se compara con vivirlo sentado frente a una pantalla gigante.

Los avances o trailers son el primer y más importante gancho para hacer que el público se interese en tu película y los hay de muchas formas, incluso ha ocurrido que la película termina no siendo tan buena pero el trailer fue una maravilla.

En mi vida he visto infinidad de trailers, miles, y de esos miles hay por lo menos 20 que considero absolutamente memorables sin importar la calidad de la película pero hay uno que se eleva sobre todos los demás.

Corría el año de 1993, uno muy importante en mi vida pues fue cuando sinceramente me enamoré del cine más allá de «es solo entretenimiento». No recuerdo qué película estaba viendo en el cine pero si recuerdo que las luces se apagaron, en aquel entonces no existía eso de 30 hora de comerciales o publicidad de la cadena de teatros a la que asistías, los trailers comenzaban después de un breve anuncio que te invitaba a comprar palomitas y dejar la sala limpia.

De pronto se escucha un rugido seguido de un poderoso grito en un idioma que no conocía y durante cuatro minutos no hubo diálogo, solo una canción acompañando a una escena y tras casi 4 minutos supe que tenía que ver esa película, sabía que sería algo especial, histórico, honestamente se volvió una obsesión.

Ese trailer era EL REY LEÓN.

La audacia de Disney en confiar en el poder de la canción compuesta por Elton John y arreglada por Hans Zimmer, confiar en la potencia vocal del desconocido Lebo M. La canción no nos informa de nada sobre la historia, la animación no genera intriga ni muestra conflicto alguno, pero el juego de la cámara siguiendo a toda clase de animales, desde la pequeña hormiga hasta las poderosas pisadas de los elefantes. No sabemos quienes son los personajes que se saludan en la Roca del Rey ¿será alguno de ellos el villano?

Y a pesar de todo esto no podemos quitar la mirada de la pantalla, la música que cambia de épica a delicada nos tiene atrapados, estamos viendo un bautizo, entendemos que es la presentación del cachorro de león ante el resto de los animales, hay cierta reverencia cuando una luz angelical cae sobre el cachorro. Esto no era Aladdin ni parecía una historia romántica como La Bella y la Bestia, nos decían nada pero lo que nos mostraban las imágenes era suficiente para querer comprar los boletos en ese momento y al final, la pantalla se va a negros y nos presenta la fecha de estreno.

UN MALDITO GOLPE MAESTRO DE MARKETING

No conozco a nadie que vea ese trailer y no quiera ver la película de inmediato y esa es la magia de los buenos trailers, pueden generar interés o destruír cualquier oportunidad hasta de las mejores películas.

Los dejo con una pregunta ¿Puedes decirme cuál es el trailer que más te haya impactado de cualquier película? No hay respuesta incorrecta pero si me gustaría leer tu comentario aquí.