The Crown Tercera Temporada: ¡Dios salve a la Reina!

Me encanta ver que una serie, ya de por si dentro de lo mejor de la televisión, decide correr tremendo riesgo para volverse aun mejor. Y es que tras dos años de espera y un cambio total de elenco, The Crown se eleva como lo mejor que se ha visto en 2019.

En una etapa donde la audiencia es demasiado aprensiva a los cambios, Netflix y el creador Peter Morgan decidieron cambiar a la joven Claire Foy por la ganadora del Oscar, Olivia Colman, para dar vida al segundo tramo del reinado de Elizabeth II y Colman está demostrando ser tan buena o mejor que la gran Helen Mirren a la hora de meterse en la piel de la monarquía porque su Elizabeth es una mujer totalmente en control de su puesto.

Lejos quedó la joven mujer sumergida en el mundo de hombres y ahora es una mujer que debe cargar elbpeso de la corona, el legado y su familia sacrificando casi por completo su humanidad, pues como ella dice, desde temprana edad aprendió que responder emotivamente a cualquier situación no era lo suyo. Y vaya que en esta temporada hay situaciones donde hasta yo no pude evitar soltar un par de lágrimas ¡y yo no tuve que lidiar con dichas situaciones en la vida real!

Pero algo que me encantó más allá de la impecable actuación de Colman y la hermosa cinematografía, fue ver como el peso de la serie se ha distribuido mejor entre otros miembros de la Casa Windsor. Philip, quien era un ser despreciable en las primeras dos temporadas, ha tenido que lidiar con madurar y enfrentar sus errores del pasado así como su rol en esta «industria» que es la Familia Real. Ese capítulo sobre su madre no solo va a hacer que el público vea que un documental sobre la realeza fue una mala idea pero también el final les apachurrará el corazón.

También hay tremendos momentos con el Príncipe Carlos, donde entendemos porque es como es y su relación con Camila, y el primer ministro Winston pero quien será una que acumulará premios enblos próximos meses será Helena Bonham Carter como la Princesa Margarita.

La forma en la que Bonham Carter interpreta a esta mujer aun bella pero ya con bastante más edad y alcohol encima es hermosa y dolorosa porque como bien dice «a nadie le importa el segundo lugar de nada».

Peter Morgan y su séquito de directores y guionistas vuelven a lograr interconectar el drama interno de la familia con los cambios sociales en el Reino Unido y es lo que hace imposible ver solamente un capítulo por día. Si en las primeras temporadas la nación estaba recuperándose de la Segunda Guerra Mundial y los cambios que eso trajo, ahora vemos más fuertes e importantes cambios de una sociedad que no se conforma tan fácil y tampoco pone su fe en sus gobernantes. Vemos como aplauden el cambio por un gobierno de izquierda pero no tardan mucho en ver sus tremendos fallos y les demandan que cambien o se quiten del camino, incluso Wilson, un izquierdista antimonárquico termina admitiendo que tuvo que abandonar esos fallidos ideales para sacar al país adelante y también que muchas de las actitudes que toma frente a las cámaras solo son para conseguir votos y permanecer en el buen lado del pueblo.

Parece que digo esto con cada temporada pero lo seguiré haciendo hasta que entreguen algo malo: The Crown es un show imperdible y demasiado importante. Esta temporada continúa demostrando esto y superándolo.

I’m Out!!!!

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