Existen películas en las que es obligatorio apagar tu cerebro y solo divertirte pero cuando una de esas también tiene una buena historia y toneladas de acción entonces se convierte en uno de los eventos más divertidos de este joven año.

Kingsman: The Secret Service es una cinta dirigida por Matthew Vaughn se basa en la serie de cómics creados por el fantástico Mark Millar, responsable de clásicos como Némesis y Kick-Ass, y no es otra cosa más que el extracto de lo irreverente y divertido de las películas de James Bond de la época de Roger Moore.

La historia es simple: Egsy es un chico con muchos problemas, desde ser pobre hasta soportar al novio mafioso de su mamá, pero no sabe que su papá fue un militar miembro de un equipo élite conocido como Kingsman hasta que un día es reclutado por «Galahad» para un duro entrenamiento y ver si tiene lo necesario para ser miembro. Al mismo tiempo un excéntrico millonario muy a la «Steve Jobs» está creando en secreto un arma que hará a todos los humanos unos salvajes.

Mi mayor problema con X-men: First Class fue toda la secuencia de entrenamiento y la interacción de los jóvenes mutantes, pero aquí Vaughn aprendió de sus errores y nos entrega varias escenas llenas de adrenalina y personajes que si bien suenan a cliché, encajan maravillosamente con el tipo de historia que nos está contando. Egsy, interpretado por Taron Edgerton, tiene todo el carisma de un adolescente rebelde que en el fondo es en verdad un buen chico con ganas de que le den una oportunidad y lo hace un gran aprendiz de Galahad quien es interpretado a la perfección por Colin Firth. En un mundo donde Nicolas Cage ya no tiene presencia, Sean Penn falló como héroe de acción y Liam Neeson repite el mismo personaje en diferentes películas del género, me sorprendió ver a un actor tan versátil como Firth en un papel tan lleno de acción y me hace pensar que bien pudo haber sido una de las encarnaciones de James Bond pues mientras que para la comedia tiene ese toque seco británico, resulta impresionante verlo dar todo como EL MEJOR espía del mundo.

Kingsman no se lanza a dar discursos políticos, aunque si da un par de golpes remarcando las diferencias de clase entre Inglaterra y Estados Unidos, lo único que esta cinta quiere es hacer que el espectador pase una grata experiencia en el cine, el guión es rápido pero se toma su tiempo para desarrollar a sus personajes aunque sea en versión resumida y repleto de acción mezclada con un poco de comedia.

En resumen: Kingsman es un triunfo para las películas de espías, las hace divertidas de nuevo, las dos mejores horas que pasarán en el cine este mes y les aseguro que la terminarán comprando en dvd/blu-ray cuando salga a la venta.

10/10

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