Ahora que pude ver la película dirigida por Ben Afleck acerca de la creación de los míticos tenis NIKE, me topé con algo que me dejó pensando todo el fin de semana. Mucha gente me ha recomendado AIR como una entretenida historia sobre el grupo de hombres responsables de conseguir algo que se volvería histórico en la cultura popular mundial, el problema fue que al verla me sentí algo desilusionado pues, sin ser una mala película, es absolutamente dominguera de esas que habría sido mejor dejar en Netflix o Prime Video.

Pero no, ese no fue el principal problema, mi problema principal fue que unas semanas antes había visto una mejor historia con temática similar pero que te mantiene al borde de tu asiento con situaciones que tal vez parezcan difíciles de creer pero en realidad pasaron. Esa película se llama «TETRIS».

Al igual que AIR, TETRIS ocurre en los ultra populares y masivamente nostálgicos 80’s donde un vendedor de videojuegos se encuentra con algo que, tras jugarlo por 30 minutos, no puede escapar de su mente, un videojuego creado por un ruso donde lo único que tienes que haces es acomodar piezas para desaparecer líneas y no llegar al tope. Desde ahí, este vendedor se embarca en una aventura que lo confrontará con empresarios tratando de conseguir los derechos exclusivos, ahora conocemos a TETRIS como el clásico juego que venía con el GameBoy de Nintendo pero la compañía japonesa entró tarde a la pelea por los derechos de distribución, además estamos hablando de un juego ruso durante el final del comunismo y la guerra fría en aquel país, así que cuando el vendedor (interpretado por Taron Egerton) decide arriesgar todo e ir por los derechos a Rusia, se tiene que enfrentar a un gobierno corrupto que lo considera un espía.

La historia se vuelve tan impactante que aun cuando sabes como termina porque seguramente jugaste Tetris en algún punto de tu vida, llega un punto en el que no sabes si estas personas van a sobrevivir.

Lo que TETRIS hace, que AIR no, es aplicar una narrativa muy al estilo de la mejor película de Ben Afleck (ARGO). Los eventos si ocurrieron tal y como se muestran pero es la forma en que tratan la firma de cesión de derechos que nos hace sentir como si se trataran de secretos de estado.

Esto fue lo que me sorprendió de AIR donde Ben Afleck decide no inyectar ningún tipo de tensión o drama a la historia. Curiosamente en estos días también volví a ver BIG FISH, una de las mejores películas de Tim Burton, que habla sobre la manera de presentar la realidad. Existen aquellos que agregan una narrativa fantástica repleta de metáforas que enriquecen la historia y luego estan otros que te cuentan los hechos en seco. Ambas son verdaderas pero solo una es memorable. AIR no es memorable porque no se permite serlo mientras que TETRIS aprovecha las vueltas y traiciones que ocurrieron para crear una buena narrativa. Y las dos historias tratan simplemente de conseguir los derechos de algo.

Tetris: 10/10

Air: 6/10

I’m Out!!!!!