Titanic: lo que James Cameron hace con este clásico

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Podemos hablar por días sobre la espectacular película que hoy ocupa el cuarto lugar entre las películas más taquilleras de la historia, la primera en dominar esta lista por más de diez años, solo superada (ahora dos veces) por el propio James Cameron. Hablaríamos de la historia de amor capaz de competir con aquella clásica situada en Verona y sin duda igual de cuestionable. O tal vez sobre la perfecta combinación de géneros para satisfacer a varios cuadrantes de la audiencia cinéfila, pero hoy, aprovechando el reestreno celebrando sus 25 años quiero hablar de algo que James Cameron hace mejor que nadie en esta cinta, superada solamente por aquellos como Kubrick, Spielberg y Stone cuando hablaron de las diferentes guerras.

Cameron nos distrae con amor y efectos visuales para hacernos creer que Titanic es sobre una mujer en el capítulo final de su vida recordando a su primer gran amor pero lo que Titanic y el personaje de Rose DeWitt Bukater (interpretado por Gloria Stuart) hacen, es humanizar la tragedia más allá de la narración del naufragio más famoso del mundo.

La película comienza con un cazador de tesoros recorriendo el desastre con robots en busca de una joya. Cameron nos comienza a describir a una sociedad distanciada y fría frente a lo que está bajo el mar, noten como el director hace un esfuerzo por enfocar el rostro de una muñeca, una bota, un par de anteojos, todo esto mientras los robots controlados por este equipo de cazafortunas ignoran estos detalles.

Particularmente me encanta como el personaje de Bill Paxton se filma narrando con exagerada pasión solo para apagar la cámara un minuto después diciendo «suficiente de esa mierda». Para él, Titanic solo es una pila de metal oxidado escondiendo aquellos que le dará fama y fortuna.

Una vez que Rose llega al barco ruso con ellos, es sometida a un resumen técnico y violento sobre el accidente y subsecuente naufragio, el «experto» no ocupa más allá de dos minutos contando esto…

…Es ahí donde Rose, y James Cameron, entran para contar la experiencia de alguien que vivió el Titanic en su único viaje pero mientras Rose nos habla de su experiencia, expresando cosas como que todavía podía oler la pintura fresca o como las camas jamás habían sido usadas, James Cameron sslpica su historia de amor con infinidad de detalles utilizando el mejor recurso de cualquier película: los extras.

Ninguna película o historia épica atrapa a su público sin usar a los extras y personajes secundarios como especias en un guisado para darle un mejor sabor. Piensen en Lawrence de Arabia, Gandhi, Salvando al soldado Ryan, Corazón Valiente, Lo que el viento se llevó, El señor de los anillos, todas con grandes protagonistas pero no serían nada sin aquellos que llenan el fondo volviéndolas un mundo dentro de la pantalla grande.

Cameron hizo una gran investigación para colocar a los personajes famosos e incluso aquellos no tan famosos que tuvieron la poca fortuna de viajar en aquel barco desde JJ Astor hasta Molly Brown pero también el capitán, el ingeniero y hasta la pareja que vemos por un instante acostados en su cama abrazados mientras el barco se hunde.

Imagina tus días de escuela, ahora imagina que escuchas la noticia de que ese edificio va a ser destruído para contruir un centro comercial ¿qué pierden los trabajadores que tiran las paredes o las personas que en un año caminarán por ese centro comercial? Nada, solo el vil comentario de que aquí hubo una escuela, ¿pero con qué te quedas tú cuando visites ese centro comercial? Te apuesto a que vas a ser invadido con miles de historias y recuerdos, lo misml ocurrirá con aquellos que asistieron antes o después que tú.

Eso es lo que James Cameron hace a través de Rose, nos hace entender que el Titanic no solo fue un barco construído por 15,000 irlandeses que chocó con un iceberg y murieron 1500 personas, fue un lugar donde esas personas vivieron por varios días, personas con vidas y problemas, para algunos era un simple viaje de placer pero para otros era el principio de una nueva vida que no pudo ser.

Cameron se detiene muchas veces para que veamos a estas personas, algunos tienen diálogos, otros no. Nos obliga a vivir las injusticias sociales y como la mayoría de personas de segunda y tercera clase murieron no por la mano de un millonario sino por empleados de una empresa creyendo que, incluso bajo esta precaria circunstancia tenían que mantener la división y privilegio de unos cuantos y que al final la muerte y la tragedia no ve importancia en estas clases sociales pues murieron ricos y pobres por igual.

Para cuando el desastre comienza, ya estamos tan familiarizados con estos personajes de fondo que reconocemos a aquel señor que decide vestir de gala para morir con dignidad, aplaudimos cuando el guardaespaldas del prometido de Rose muere una vez que se parte el barco, nos duele ver al sacerdote rezando su última plegaria, se siente feo cuando muere Fabrizio o cuando escuchamos a los músicos por última vez. Cameron lo hace tan bien que cuando Rose termina de contar su historia, nosotros estamos preocupados y tristes por esa gente y la tripulación que escucha la historia de la Vieja Rose es cambiada para siempre.

Tal vez estemos enfocados en la muerte de Jack pero Cameron agrega sabiamente una escena entre el buscador de tesoros y la nieta de Rose donde él admite que jamás había dejado que la historia del barco le afectara, que por primera vez entiende el valor de encontrar los restos del barco y contar la historia de la gente, no de los tesoros. Esa era la lección que Jack le dio a Rose y que se convirtió en su misión: hay que ver lo maravilloso de la vida y no simplemente vivirla.

Cuando Jack le dice que «Jamás suelte» ella lo toma como su misión pues Jack con los pocos centavos en su bolsillo vivió una mejor vida que Rose hasta ese punto y al final, una vez habiendo vivido al máximo y logrado hacer que la gente sepa que hubo cientos de historias más importantes que el barco o su hundimiento, Rose deja ir y puede pasar al siguiente plano donde no solo le espera Jack sino toda la gente que conoció en el Titanic, no le aplauden en beso final, le aplauden lo que hizo por ellos.

I’m Out!!!!!

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