Pinocho de Guillermo del Toro

Sinopsis: El querido director mexicano pone su propio giro a la popular historia de la marioneta viviente.

Opinión: En un año en el que el mismo presidente de Walt Disney dijo que los adultos no veían animación, Guillermo del Toro llega con una versión stop motion que no solo deja callado a ese hombre, también humillado por ser un millón de veces superior a su propio intento de hacer una nueva versión de la misma historia.

GDT ha demostrado proyecto tras proyecto ser un director que no falla, incluso cuando sus películas no son del agrado de alguien, es imposible decir que tiene una película mala pues visualmente es majestuosa. Pinocho es del Toro en su mejor elemento, con absoluta libertad para hacer lo que le plazca y nos da una historia muy madura que redefine a un personaje clásico.

Tomando inspiración de la historia original del italiano Carlo Collodi y de su fascinación por Frankenstein, GDT crea una historia sobre padres e hijos, sobre como ningún hijo es igual a otro y como los padres deben aprender a distinguir esto. Su Pinocho es tan travieso como lo describía Collodi pero no malvado, simplemente un niño descubriendo todo alrededor y necesitando un guía en el camino.

El darnos tiempo de conocer a Gepetto antes de Pinocho es un golpe magistral porque entendemos la clase de ser humano que es (además de ser uno de los más hermosos personajes animados que he visto en toda mi vida), lo hace más humano y complejo, te duele cuando crea a Pinocho tras una noche de alcohol y tristeza al mismo tiempo que puedes imaginar a Guillermo sonriendo como niño al crear su propia versión del nacimiento del monstruo de Victor Frankenstein y su subsecuente relación con este ser malportado pero amoroso es la más sincera que he visto este año.

El mundo creado gracias al arte detrás de cada escenario y personaje en esta obra maestra del stop motion es por lo que seguiré luchando contra cualquier crítico que jure que la animación es «cosa de niños». Cada momento es rico en detalle, cada calle del pueblo vibra con vida, los muñecos tendrán un estilo muy «del Toro» pero los animadores cuidaron tanto su trabajo que les dieron vida.

Si quieren saber porque GDT es tan querido en Hollywood, solo tengo que darles el detalle de que la DOS veces ganadora del Oscar, Cate Blanchett deseaba tanto volver a trabajar con el director mexicano que tomó el papel de un mono que no habla!! Y la combinación de su actuación vocal con la animación es tan buena que se vuelve uno de los personajes más entrañables.

GDT hace a Pinocho parte de su «saga contra el facismo» ambientándola en la Italia de Mussolini y dando analogías de diferencias generacionales sobre valores que se pierden bajo el yugo de dictadores y sus fanáticos, un buen golpe al resurgimiento de estos grupos en la actualidad.

Parte de lo que hace maravillosa a esta película es el pedazo del director que imprime en la cinta. Todos los directores buenos dejan un reflejo en su trabajo: Burton siempre favorecerá a los inadaptados sociales; Tarantino jamás dejará de probar su amor al cine; hemos visto el odio y amor de Spielberg hacia su padre y con GDT es algo similar solo que él ADORA a su padre, adora a su familia en realidad porque quienes hayan visto Trollhunter sabrán que el personaje de Toby es básicamente Guillermo y su abuelita. En Pinocho GDT vuelve a crear un padre imperfecto que ama a su hijo a como de lugar y le da una esencia vital a la historia.

Pinocho es una de esas películas que aparecen allá cada 20 años para revolucionar al cine, una joya en toda la extensión de la palabra. Un artista apoyado por más artistas para crear algo que va a perdurar en el espíritu de chicos y grandes por generaciones.

10/10

I’m Out!!!!

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