
Sabiendo que se acercaba el aniversario de Casino Royale, me propuse ver de nieva cuenta todas las películas de la era de Daniel Craig. Las he visto en el cine y algunas en repetidas ocasiones pero es la primera vez que las veo «de corrido», y lo que descubrí me sorprendió.
Como en toda franquicia popular, el cambio siempre enoja y da miedo, el anuncio de Daniel Craig no fue diferente. Un Bond más corto de estatura, rubio y carente de «personalidad como los anteriores» es lo que rodeó a este gran actor que llevó a la franquicia al nuevo milenio y obtuvo el respeto no solo de los fans sino de aquellos a los que jamás les había interesado el espía.
Pero algo que ha hecho «La Era Craig» a diferencia del resto es tener una continuidad y una historia enfocada en el personaje principal como ser humano y no como un cliché.
Cuando conocemos a James Bond en Casino Royale, es un agente de MI6 como cualquier otro entrenado para matar, no tiene personalidad ni «escudo», como dicen por ahí «le falta colmillo» y es por eso que gente más astuta lo engaña al notar que se ha enamorado de Vesper Lynd, una mujer inocente igual que él, que por más que estaba actuando para salvar a su supuesto novio, también se enamoró de Bond. Esa traición y su forma de reaccionar es por lo que al final de Casino Royale dice su más famosa frase, no solo para volverse una de las mejores escenas de toda la franquicia sino para decirnos que el «asesino común» ha crecido.
Quantum of Solace no es la gran película pero a pesar de la falta de finura en el guión, nos muestra que el agente todavía tiene una lección que aprender y es la de no dejarse llevar por la venganza, toda la historia está motivada por Bond queriendo decifrar el enigma de Vesper, el resto no le importa y es tan notoria su falta de interés que sigue tratando a las mujeres como objeto y no reacciona cuando su «jueguito» ocasiona la muerte de otra mujer inocente. Por cierto Quantum podrá haber sido una «rama» de Spectre pero es aterrador ver que tan adelantada estaba la historia en temas sociopolíticos. Otro detalle que deben mantener sobre Quantum es el enigmático Mr. White, uno de los pocos villanos que brinca de la primera película a la secuela y termina siendo algo importante en Spectre.
Una vez que Bond logra cerrar el caso de Vesper y tener las respuestas que buscaba, ahora si pasamos a Skyfall que, ademas de ser la mejor película de Bond, es el pináculo de este espía hasta el punto en que una novata, tal y como él lo fue años atrás, le cuesta la carrera y la casi la vida. En Skyfall James descubre que lleva «jugando el juego» demasiado tiempo y la pregunta en su mente es ¿para qué estoy haciendo esto?
Silva es un perfecto villano porque resulta que es lo que James podría haberse convertido si no hubiera experimentado su relación con Vesper. El «quedarse sin armadura» como le confesara a Vesper años atrás, le generó empatía y le dio la habilidad de cuestionar su trabajo (que fácilmente estaba por dejar) algo que Silva no tenía pues él solo estaba dedicado a servir a M y se dio cuenta de que ella no lo apreciaba de la misma forma.
Skyfall es el final de la vieja guardia pero más que eso es «adaptarse o morir». «M» no sabe adaptarse y por eso sus pecados vinieron a reclamar su vida. Una lección que Bond llevaría tatuada a su siguiente película.
En Spectre ahora le ocurre a él, sus pecados vienen por él en forma de Blofeld, un resentido al que James le quitó el amor de su padre y aunque parezca descabellado, la idea de que Blofeld estaba detrás de todo lo malo no es tan fuera de personaje. El hacerlos medios hermanos justifica el hecho de que uno estuviera obsesionado con el otro.
Pero hay algo mejor dentro de Spectre ¿recuerdan que les dije que Mr. White era importante? Bueno pues aquí regresa para probarle a James que «el juego» es más poderoso que cualquiera y que si cree conocer las reglas, entonces en realidad no sabe nada («Eres una cometa volando en un huracán»). Gracias a White y a la siguiente película sabemos que siempre habrá algo que perder y en el caso de White fue su esposa y su relación con Madeleine.
James comienza a entender que el juego ya no es para él, que está perdiendo la oportunidad de recuperar la poca humanidad que le queda y con la mano en la cintura renuncia para enamorarse de nuevo. El hombre dolido por fin pudo sanar sus heridas.
Pero ahí viene No Time To Die donde Blofeld da el último golpe maestro a James, lo hace dudar de la mujer que ama, pero más que eso le hace dudar si de verdad puede ser feliz.
Tras esa duda, James queda roto por 5 años más hasta que Felix lo regresa al juego y ve que esto ya no es para él. Su amigo muere traicionado, Blofeld muere de una forma que no lo deja satisfecho, el arma que puede matar a millones fue creada por la misma gente para la que trabaja ¿cómo saber si eres el bueno o el malo en un mundo donde no puedes tocar a alguien sin potencialmente matarlo?
Noten como la nueva espía quiere molestarlo diciéndole que ahora ella posee su número y James lo deshecha diciendo que ser el 007 es solo un número, que ahora entiende que algo por lo que luchó para obtener en su juventud, no es lo más valioso. Este espía ha madurado y solo está de regreso para proteger a la mujer que aun ama. No al mundo.
El detalle de introducir a Mathilde no lo «deja sin armadura» al contrario, le hace ponerse toda la armadura que pueda quedarle para proteger a algo que él dio vida, algo que muchos espías no tienen.
En No Time To Die no vemos a James Bond el espía sino a James Bond el hombre de familia tratando de dejarle un mundo mejor a su legado. Por primera vez, James entiende que no es para él sino para el futuro que hace esto.
El darnos esta historia en 5 películas y mantener la acción al tope es algo que pocas franquicias logran y que jamás había ocurrido en James Bond, donde cada película era un evento aislado y donde si algún villano o personaje secundario regresaba para alguna película, era algo pasajero.
Es por eso, por encima de cualquier otra cosa, que la era de Daniel Craig es la mejor y él es el mejor Bond porque lo vemos evolucionar.
I’m Out!!!