Mientras cada día son menos los trolls que odian este show solo por odiarlo, Rings Of Power nos ha dado una lección sobre algo parecido a la razón por la que dichos Trolls no pueden disfrutar nada.

Si el capítulo anterior fue el gran pedazo de acción de la primera temporada, este resultó ser el momento decisivo de cada historia pues los personajes se dan cuenta que continuar en el camino de siempre, mantener tradiciones antiguas, muchas veces detiene el avance de uno mismo.

Los Harfoot aprenden una dura lección sobre la impotencia de su tamaño pero fue muy valiente por parte de Nori y su padre enfrentarse a los/las tres mistic@s mostrando así una cualidad de los mejores Hobbits: el valor no se mide en su estatura sino en el tamaño de su corazón.

Por su parte Galadriel tuvo que admitir que ha alcanzado un límite en su bravura y debe ser humilde, pero sus acciones han hecho que la Reina Regente esté determinada a regresar y declarar guerra a los Orcos, dejando atrás sus temores proféticos.

Pero quien se lleva el capítulo es Durin, luchando contra la tradición por su amistad con Elrond y así avanzar la grandeza de su pueblo. Esa escena entre Durin y su padre fue gloriosa, Durin Tercero queriendo mitigar el conflicto con recuerdos de los límites de la fortaleza de Durin Cuarto y este parándolo en seco para decirle que todas sus decisiones son basadas en tradiciones y miedo. Aplausos también a Disa por ser la mejor pareja de cualquier persona, siempre apoyando y motivando.

Sé que muchos querían más acción pero Rings Of Power está demostrando ser una gran serie que, aunque inventa su historia, es totalmente respetuosa de la filosofía y temática del material original.

9/10

I’m Out!!!!!