
Si mi fanatismo ya consideraba a David Bowie lo más alto de lo alto, este documental lo eleva a nivel «adoración tipo culto».
He sido fiel a Bowie desde OUTSIDE, por lo que el inicio de este documental con el remix de Hallo Spaceboy a dueto con los Pet Shop Boys me enganchó de golpe, y estar sentado frente a una pantalla IMAX rodeado de fans del músico agregó a la experiencia.
El documentalista Brett Morgen explora la carrera de Bowie desde su popularidad como Ziggy Stardust y la revolución andrógina que ocasionó, David el artista, David en persona, la caída y el resurgimiento, jamás soltando a la audiencia con un recorrido por sus éxitos y oscuros diamantes que me hicieron pensar que varios de los asiste tes salieron conociendo una decena de canciones que probablemente jamás habían escuchado y que los superfans estaban encantados de cantar.
La explosión audiovisual de este documental va tan de la mano con la leyenda misma mezclando escenas de sus videos musicales (The Heart’s filthy lesson fue particularmente venerado), conciertos, entrevistas y escenas de la cultura de los tiempos. Algo así como lo que David quería hacer con The Glass Spider pero que U2 explotó al 100 con su ZooTv Tour.
Entramos a la mente de un verdadero artista entre los artistas, un hombre que escribía lo que sentía, lo ocultaba en metáforas y buscaba la manera de explorar las notas que lo acompañarían. Que se aburría de una ciudad cuando esta dejaba de inspirarlo, que tenía un peculiar interés por la expresividad de un rostro y usaba el suyo como lienzo. Si Bowie no estaba expresando su arte, no se sentía vivo.
Pero también vemos a un hombre herido, frágil y tímido que por décadas sintió que David Jones (la persona real) era simple y aburrido por lo que David Bowie tenía libertad de explotar en el medio como quisiera. Muchos creen que «Ziggy» «Thin White Duke» y «The Earthling» eran sus únicas personalidades pero en sus propias palabras «podía despertar un día y sentir un rostro nuevo que me interesaba explorar».
Desde que vi lo mucho que se apoyaba en la primera década de su carrera, sentí que MOONAGE DAYDREAM cometería el mismo error que otros documentales, programas especiales y demás hacen con varios artistas, o sea que borraría lo que Bowie hizo en los 90s porque por alguna extraña razón creen que un artista es solo relevante cuando despega, cuando logra la fama, cuando cae y cuando muere, lo he visto con Elton John, Prince, Michael Jackson y muchos otros que hicieron de su época «estable» un gran trabajo. Por suerte Morgen menciona el resurgimiento después del «Happy Bowie» aunque sea con una canción de Outside y videos de Hours, Earthling y Black Star (tres de seis discos no está mal).
Si no conoces la carrera de Bowie, este documental te abrirá los ojos pero deja espacio para que explores; si eres fan casual, vas a adorar este proyecto, si eres megafan van a sentir que ya sabías toda la información pero la presentación es lo que valdrá la pena. Lo que si es que pocas veces he vivido que en una función tradicional TODO el público se pusiera de pie a aplaudir cuando aparecieron los créditos porque lo merece, Moonage Daydream es una de las mejores cosas que verás en cine este año.
10/10
I’m Out!!!!