Sinopsis: En Chicago, un sastre maneja se ve comprometido cuando tiene que ayudar a la mafia en la peor noche de su vida.

Opinión: Ocurre de vez en cuando que vas al cine y de la nada aparece un trailer de una película que no estaba en tu radar, no es explosivo ni nada, pero llama tu atención y decides darle una oportunidad a una película que termina siendo de tus favoritas del año.

EL SASTRE DE LA MAFIA ocurre como una puesta en escena, solo vemos el interior de una sastrería de clase donde, siendo Chicago a mediados del siglo pasado, la mafia utiliza su cuarto de costura como buzón. A lo mucho hay 9 personajes, 3 no tienen diálogos y no necesita más para crear una historia de tensión que, aunque un poco lenta, jamás te suelta.

Graham Moore demuestra un absoluto control dentro de este escenario, manejando la cámara de forma simple y elegante para que sus actores se sumerjan en el momento de esta historia que explota el término «la pistola de Chekov» (donde todo lo visto tiene un propósito final) al máximo.

No soy fan de Mark Rylance, creo que su Oscar por trabajar con Steven Spielberg no era merecido, pero aquí me cerró la boca como un tímido sastre tratando de sobrevivir una noche más durante un conflicto que, de ser cualquier otra persona, ya le habría costado la vida. Su voz es melódica y nunca temblorosa (un detalle muy importante) y tiene un par de monólogos que me hicieron decir «sé que la Academia lo va a ignorar pero esta es la actuación que le merece una nominación».

Lo mismo se puede decir de Zoe Deutch y Dylan O’Brien, dos actores que están demostrando poder entrar a las «grandes ligas de Hollywood» por mérito propio.

Son dos horas que se te van como agua con una historia que te demanda prestar atención a cada detalle y cada palabra dicha, como si Agatha Christie, Alfred Hitchcock y Martin McDonagh se pusieran a crear el mejor juego de Clue de la historia y lo único que tienes que hacer es prestar atención.

El sastre de la mafia es un verdadero éxito.

10/10