Hemos visto la segunda parte de esta serie que desde un inicio hubiera funcionado mejor con una sola temporada, nuevamente lo que buscan contar no es tanto la vida de Selena si no la de todos los personajes que la rodearon y mientras en la primera la Reina del TexMex era un personaje secundario en esta nueva temporada no le dan el protagonismo que merecía. Estos capítulos demuestran que la cantante no tenía una historia tan larga que contar. Netflix y la producción desperdician algo que pudo ser mucho más interesante: su relación con Yolanda Saldivar.
Yolanda es el villano y sólo aparece esporádicamente en algunos episodios y su relevancia aumenta en los últimos tres, y cuando digo aumenta, me refiero a que sale más de una vez. No estoy diciendo que Yolanda hubiera sido la mejor amiga de Selena pero, para la fanática que le arrebato la vida, existía una relación bastante fuerte, es clara su obsesión y el abuso de poder que tuvo sobre la inocencia de la cantante pero ¿Por qué matarla? Sólo porque la sacó de su vida no es una excusa, pues el público que no conoce esta historia no entiende realmente que es lo que está sucediendo. Netflix pudo indagar en la vida de Yolanda; en cómo su obsesión crea una fantasía que se rompe cuando la verdad sale a la luz, explorar el fraude fiscal que hacía y sobre todo la desesperación que la lleva a quitarle la vida a una joven que empezaba su carrera.
En cambio tenemos más conciertos, entrevistas y la vida de todos a su alrededor. Algunos detalles como el nacimiento de grandes clásicos o el talento de su hermano es lo mejor de la temporada pero se pudo contar en tres capítulos y brincar al asesinato. También es notorio la influencia de la familia dentro de la producción pues todo está muy pintado de rosa y nadie es realmente un mal ser humano cuando todo mundo sabe lo contrario. Selena terminó, nos dio unos detalles nuevos pero no logra satisfacer al público y mucho menos hacerle justicia a la mujer que puso la música en español de moda.
7.5/10