A Quiet Place nos emocionó en su momento como una historia simple que reempaquetaba viejos trucos para mantenernos intrigados y si, queríamos una secuela pero aprendí que a veces las cosas no requieren una segunda película.

Lo que más puedo rescatar de esta película es la habilidad de John Krasinsky como director de acción, esos primeros 13 minutos son exquisitos, no hay más que decir. Pero si noté después que esa impresionante secuencia sirve para rellenar el tiempo de una película que no sabe que rumbo tomar, se siente demasiado presionada y, como sucede con todo, lo que sale no es algo para presumir.

La historia se desarrolla segundos después del final de la anterior y, con la granja libre de dos monstruos los sobrevivientes de la familia Abott deciden aventurarse al territorio de una amistad para sobrevivir.

Desde ahí tenemos el mayor problema: si, la cochera está en llamas y la alacena/cuarto de pánico está inundado ¡Pero el resto de la granja está intacta! La decisión de abandonar la granja debilita por completo al personaje de Emily Blunt pues la torna dependiente de su maridito ahora difunto y ¿qué? ¿Necesita otro hombre que los proteja? Parece que si.

Además se dijo en la primera película que había tres monstruos en el área, pero ellos ya mataron a dos ¡Y SABEN COMO MATARLOS! No hay lógica en este plan.

Para no contar toda la trama, esto se torna un poco en ese popular juego de The Last of Us (los gamers sabrán a que me refiero) y nos deja pensando que algunos de estos personajes carecen de una razón para continuar en la historia.

Lamentablemente estas malas decisiones la vuelven aburrida y bastante predecible como para interesarnos más y el final proclama una tercera entrega que les aseguro nadie pedirá.

Un lugar en silencio 2 es tal vez una de las más grandes decepciones del año.

5/10

I’m Out!!!!