No voy a negar que nunca he sido fan del cine nacional, pocos son los proyectos que me llaman la atención y en su mayoría me han complacido. Cuando supe de esta película algo se veía interesante y prometía ser arriesgada para el cine de nuestro país, desgraciadamente todo queda en un bonito trailer, una gran producción y dos grandes actuaciones.
En contexto rápido, esta es una película sobre un famoso baile en la época del profiriato donde un grupo de homosexuales se reunía para celebrar su orientación sexual hasta que todo se sale de control, en medio de todo esto nos cuentan la historia de un diputado miembro de este grupo que se casa con la hija del Señor Presidente pero al mismo tiempo se enamora de otro hombre. El problema de esta película es que ocupa la homsexualidad como morbo para atraer al público donde hay muchos besos, un par de escenas de cama, y por supuesto la obligada orgia que se siente muy innecesaria.
El conflicto que tenían era bueno, no necesitamos escenas sexuales para entender el amor entre estos dos personajes, lo que se necesitaba era un conflicto bien desarrollado. La trama se complica porque la esposa comienza a sospechar que algo está al, pero esto es tan mal manejado que solo pasa por que sí, todo el matrimonio es una historia secundaria que no aporta nada a pesar de ser la clave de esta película, lo que pudo ser una gran historia sobre un diputado teniendo que luchar contra su amor por un matrimonio que no le funciona y una mujer que busca ser satisfacía solo para hallar a su hombre en manos de otro termina siendo una historia con cero desarrollo donde ver hombres en un club es lo más importante.
Cabe destacar las actuaciones de Alfonso Herrera, pero sobre todo, de Emiliano Zurita; quien en con pocos diálogos dice mucho más que cualquiera de sus compañeros y es el sostén de esta historia a pesar de tener una participación pequeña.
5/10