Michael Bay se ha convertido en uno de los peores directores de todos los tiempos, tiene varios años que el hombre no ha podido sacar nada decente. Songbird no es la excepción; esta película parece más una burla a la situación que se está viviendo en el mundo a algo que trata de mandar un mensaje duro a la sociedad. La historia nos cuenta como el Covid ha terminado con casi todo el mundo, la sociedad se encuentra dividida entre quienes aún están sanos, los que se han vuelto inmunes y por supuesto aquellos enfermos que son regados en una zona para dejarlos morir.
Está es la parte más brutal de la película, Bay pretende que entendamos perfectamente que la sociedad ahora es dirigida por gente corrupta y abusiva (cosa que ya ocurre), que está dejando morir a todo aquel que se infecte con dicho virus. Su villano es un ser humano despreciable que no tiene más sentido de la compasión, y aunque esto pudo funcionar, el director se aleja por completo de esta idea, y nos entrega un mundo de injusticias mezclado con una historia de amor tan floja que duele sólo verla.
Un repartidor, inmune, está enamorado de una chica que ha vivido encerrada desde que la pandemia comenzó, es cuando ella esta en riesgo de ser enviada a la zona de infectados que este hará lo imposible para tratar de salvarla, al mismo tiempo vemos como una madre trata de proteger a su hija vendiendo parches de inmunidad de manera ilegal mientras su marido tiene una aventura con una prostituta y está crea una amistad con un hombre que controla un dron …. Lo ven todo y nada al mismo tiempo.
KJ Apa y Sofía Carson posiblemente destrozaron su carrera con esta película que no tiene pies ni cabeza, las persecuciones son aburridas y las actuaciones son tan planas que se ve claramente que sólo están ahí por un cheque. No hay una sola cosa positiva que sacar de esta hora y media de dolor de cabeza que no sabe ni que carajos quiere contar.
0/10