Al fin terminó el triste camino de una serie que tenía gran potencial pero que tras la segunda temporada se convirtió en el show “Sabrina quiere/tiene”, como lo he dicho en anteriores reseñas tras una excelente primera impresión el programa sufrió lo que muchas series basadas en comics, cayó en lo adolescente, donde todo se trata de que es lo que su protagonista desea ahora. Primero era decidir entre dos hombres, luego entre ser reina o una joven normal, y ahora después de tanta lucha viene el cierre donde lo que importa es “queremos novio”.
Lo que más molesta es como un personaje que se pinta de feminista pasa todo el tiempo frustrada por no tener novio, al grado que hay un capitulo dedicado a crear al hombre perfecto. A pesar de hacer una ligera mención de necesitar tiempo para ella, esto dura solo los últimos minutos de dicho episodio e inmediatamente tenemos a Sabrina corriendo a los brazos de un chavo que la ha despreciado por media temporada, pero SPOILER ALERT (sarcasmo), finalmente consigue a su novio que la sigue hasta el final de los tiempos. Porque toda mujer en la actualidad no es fuerte sin su pareja y no me malinterpreten, el romance es algo vital en este tipo de series pero es mediocre ver que tu personaje principal no puede avanzar sin el.
Este cierre comienza con una idea interesante; ocho grandes terrores vienen a terminar con el planeta, pero solo los primero dos son entretenidos. Con cada capítulo se vuelven más y más absurdos e inclusive tontos de vencer. Vamos de tener que luchar contra toda la oscuridad hasta el punto donde derrotan a uno en una guerra de bandas con la peor versión de Guns n Roses nunca antes hecha. Todo lo que rodea a este show se contradice a sí mismo una y otra vez, desde regresar personajes que nunca sirvieron, mantener a un villano que es igual de peligroso que una mosca, hasta hacer de Lucifer el personaje más inútil de la historia. El gran rey del infierno es reducido a un chiste constante que sólo hace berrinche y es vencido por una niña de 16 años como si se tratara de andar en bicicleta.
Junto a esto, tenemos las dos nuevas modas de la televisión. La primera: los mundos paralelos. Dos Sabrinas coexisten lo cual obviamente trae diversos problemas, pero parece que la existencia de estas dos mujeres solamente es una escusa para resolver los mismos conflictos que los escritores ponen y no saben cómo resolver, en más de una ocasión ambas pudieron ser una y todo se resolvía de la misma manera. La segunda cosa es la nostalgia, donde traen de regreso a varios personajes de la popular serie de los 90s, un capitulo donde por 15 minutos hacen burla del programa original e inclusive del actual y el resto vuelve a caer en lo innecesario gritándole al publico, te estamos dando lo que pediste pero de la peor forma posible para que veas que no iba funcionar. Unos escritores y productores gritándole a los espectadores que ellos están bien y nosotros mal.
Chilling Adventures of Sabrina se pisoteo a sí mismo de maneras tan crueles que no hay como defenderla, cualquiera que la vea sabría que el problema principal de todo este show es Sabrina, no por se el personaje principal, sino por ser una niña mimada que hace lo que se le da la gana sabiendo perfectamente que por su culpa se van a complicar las cosas, creyendo que por ser Hija de Lucifer todo saldrá a su favor. Inclusive los personajes secundarios, que son reducidos a basura en este final, son sometidos a seguir la tortura que son las decisiones de Sabrina y en más de una ocasión le dicen que no debe hacer lo que va a hacer.
Gracias a Satánas esto ya se terminó, lo que pudo ser un show grande y maduro terminó siendo una basura que Netflix no tardó en cancelar, dando uno de los peores finales de serie que he visto pues nada de lo que entregan vale la pena. Pero ¡Hey Sabrina tiene novio y eso es lo que importa!
5/10