No importa en que país estés leyendo esto: el mundo está en uno de sus peores momentos.
No es que en algún tiempo haya estado mejor, pero es notorio que estamos a muy poco de algo terrible. La izquierda no funciona, la derecha no quiere cambiar y nos hemos dividido creyendo que esas son las únicas dos opciones.
Aaron Sorkin es un genio del guionismo, lo digo sin tapujos y reto a cualquiera a demostrar lo contrario. Sus personajes son como la humanidad debe ser, cinicos, sarcásticos, inteligentes pero con un grado de humanidad que envuelve todo lo demás y nos hace verlos tratar de ser mejores de como empezaron.
Esta película está basada en un juicio bastante popular sobre las protestas contra la guerra de Vietnam, categóricamente una de las más estúpidas e innecesarias de todo el historial bélico del siglo XX, y Sorkin nos mantiene enfocados en las explosivas personalidades del grupo conocido como «The Chicago 7».
Este es un guión perfecto que no se toca el corazón al demostrar como estos organizadores jamás tuvieron control sobre la gente pero si fueron una gran influencia; como dejaron que sus emociones se apoderaran de ellos y como el sistema los usó para demeritar las protestas. Repito, este es un guión perfecto y, aunque Sorkin no es un gran director, todo lo que tuvo que hacer fue apuntar la cámara hacia un grupo de actores que entendieron muy bien lo que estaban representando.
¡y vaya que hay actuaciones para elegir y elogiar!
Frank Langhella como el juez más corrupto e inapropiado que he visto en una película; Mark Rylance, un actor que personalmente no comprendía por qué le daban tanta relevancia, hasta este papel donde se vuelve la espina dorsal de la historia.
Luego está Sacha Baron Cohen, si, estoy hablando del mismo actor detrás de Brüno, Ali G y Borat; pero permitan que les diga que si alguna nominación como Mejor Actor se le debe a esta cinta, es él quien debe ser reconocido, pues es una de las más poderosas interpretaciones que he visto este año.
También hay que reconocer el trabajo de Eddie Redmayne y Joseph Gordon-Levitt, dos actores cuyas carreras yo ya daba por muertas depués de varias malas películas, aquí en papeles que no brillan tanto como los demás pero no por eso deben ser menospreciados, especialmente Redmayne.
Si gustan de películas sobre acontecimientos historicos, no van a encontrar una más importante o relevante este año. Si su gusto es por películas judiciales pues también están frente a una de las mejores. Pero lo principal es que deben verla, tienen que darse la oportunidad de experimentar esta desgarradora historia sobre uno de los puntos más importantes en la historia de Estados Unidos.
10/10
I’m Out!!!!!!