El síndrome de Turner es una enfermedad que le da sólo a las mujeres y es la base de esta historia de hace varios años. Aunque no es tan extremo como lo pintan en La Huérfana, es una historia que podría no estar tan alejada de la realidad y eso lo hace algo más interesante de lo que debería. Una pareja pierde a su tercer hijo y en un afán por darle una hermana a la más pequeña de la familia deciden adoptar a un perfecta niña Rusa, que resulta no ser tan buena como parece, poco a poco el pasado de Ester será revelado trayendo consigo varias desgracias.
La huérfana falla en una cosa y eso es tomar casi media película para presentar a su personaje principal, por 43 minutos vemos a la familia ir de un lado a otro presentándonos problemas que serán usados posteriormente y mientras esto ayuda a crear contexto se siente demasiado largo para lo que realmente importa. También falta un poco más de información acerca de Ester para que entonces, todo sea aún más sorpresivo al final. Con un poco de edición y más acciones negativas por parte de su protagonista las cosas serían más entretenidas.
Sin embrago; la actuación de Isabella Furhman es algo que poca veces vemos en una niña. Isabella no solamente tiene que actuar como una menor de edad y cambiar drásticamente a ser una adulta con un deseo pasional por el que hace de su padre (en un de las escenas mas interesantes que he visto) sino que además debe hacer un acento y jugar a la asesina. El trabajo que hace Furhman es limpio y digno de aplaudirse, me sorprende que no la veamos en otro tipo de cosas ya que parece que había talento por explotar.
La huérfana es una historia interesante, si bien no funciona todo el tiempo logra cumplir su objetivo al matar unas horas con suspenso más que terror.
8.5/10