Es momento de aceptar que Ryan Murphy necesita un descanso de un par de años pues simplemente las ideas se le están acabado, con su nuevo jugoso contrato con Netflix, uno de los shows que más sonaba era The Politician; una historia juvenil que abarcaría temas políticos de una forma más divertida y aunque la idea nunca sonó demasiado entretenida, vio la luz. Por alguna razón se aceleró el proceso y el show salió mucho antes de lo esperado. Es notorio que esto se fue escribiendo mientras grababan, la trama es tan vacía o ridícula que lo único que te mantiene ahí es el morbo.
Murphy explota todos los talentos de su elenco, pero sobre todo demuestra que tiene la capacidad de contratar cuanto famoso quiera. La participación de Gwneth Paltrow o Jessica Lange son una pequeña prueba del talento que Ryan atrae a proyectos tan malos como este. La historia comienza con un suicidio que nunca tiene relevancia para el show, la relación entre River y Payton parecía que sería un punto alto pero es olvidada por más de 5 capítulos, retomándola al final provocando que nos preguntemos por que diablos metieron a ese personaje si no iba aportar nada. También tenemos toda la historia de The Act, en una versión tan mal desarrollada que no tiene el peso que debería.
La rutina política, así como el desfile de personajes que hay dentro de esta serie se encuentra en completo desbalance, nadie llama la atención. El ver como la política estudiantil tiene más fuerza que la real; o situaciones tan tontas como un noviazgo roto, tener más peso que problemas serios, nos demuestra que The Politician es un conjunto de ideas separadas sin mayor argumento, pegadas con Resistol para crear uno de los peores programas del tío Netlix. El cual está cayendo en el mismo patrón de sacar proyectos por sacarlos.