Muchos consideran a esta a nueva serie aquella que se robara la atención de todos, tal parece que nuevamente me ganaré enemigos pues creo que Ozark no da el ancho para que uno vea más de dos capítulos. Esta serie utiliza el narcotrafico para obligar a dos seres humanos comunes y corrientes a lavar dinero, hasta que las cosas se complican debido a las malas decisiones de uno de ellos. Poco a poco los problemas familiares salen a la luz y se v ven obligados a mudarse a Ozark para tratar de mantenerse con vida. Esa es la idea principal del show que va a la velocidad de una tortuga.
No exagero, por casi 8 capítulos vemos a Marty ir y venir de un lado a otro sin razón alguna, tras un primer capítulo que te vende la idea, lo demás ocurre hasta los últimos dos, y para este momento ya no te interesa nada de lo que pase con esta familia que tiene al hijo más raro del planeta, la hija más irritante que pueda existir, a una esposa que solo busca escusas a todos sus errores y a un padre que reacciona con tal tranquilidad a todo lo que le ocurre que parece demasiado irreal para ser cierto. Luego tenemos a un villano que por capítulos es el ente de la malvada y de la nada es eliminado como si no importara.
Ozark nunca tiene conflicto, tratan y tratan de hacer algo interesante pero nunca lo logran. Cada episodio tenemos 50 minutos de ir a vender casas, comprar casas, gritar y pelear y los últimos 10 es donde puedes tener la suerte de que algo ocurra. Aún me pregunto cómo es que las actuaciones de Jason Bateman y Laura Linney lograron sobre salir en premiaciones pues no dan una que sea espectacular o memorable en sus carrera una verdadera tristeza. Ozark es más una pérdida de tiempo que algo que valga la pena ver. Un show demasiado alzado