Ir al cine es algo peligroso hoy en día, por lo que los grandes estudios han retrasado todos sus estrenos para nuevas fechas, esto ha provocado que este fin de semana no exista nada que nos llame la atención en la aclamada cartelera. Por alguna razón decidieron estrenar esta película de hace un par de años donde gente de gran nombre como Ben Kingsley y Henry Cavill hacen una aparición especial en una de las más horrendas películas del mundo. No los estamos invitando a ir al cine pues estamos completamente a favor de la cuarentena, esta película la pueden encontrar en cualquier otro medio ya que en varios lugares del planeta se estreno desde hace mínimo un año.
La cinta nos narra la vida de un policía que no sabe cómo manejar sus sentimientos, un caso especial lo pondrá a sus límites al no poder entender que es lo que sucede. Un hombre secuestra adolescentes para violarlas y asesinarlas en algún punto, pero parece que no actúa sólo o que tiene un complejo de doble personalidad por lo que no hay manera de saber que es lo que está ocurriendo. Esta es de esas películas que usan el ya trillado final donde no es una sola persona haciendo todo los actos malvado y mientras eso es obvio desde los primeros minutos es el desastres de su narrativa lo que más molesta, brincamos de un lado a otro sin saber a dónde vamos soltando pistas y diálogos que no hacen ninguna coherencia en una de las películas más aburridas de la historia del género policiaco. Pará finalmente tener un anticlimático final mezclado con algunas historias personales de personajes que nunca llegan a interesarte.
Alexandra Dadario es una pobre actriz que fuera de ser bonita en verdad no tiene mucho talento aquí debería tener la escena más fuerte de todas pero Dadario falla rotundamente en entregar cualquier diálogo y falla en el romance. Por otro lado tenemos a Henry Cavill pagando algún favor pues este personaje es tan plano y aburrido que podemos ver al actor sufriendo cada segundo que pasa de esta cinta y no empecemos con lo doloroso que es ver a Ben Kingsley hacer de sidekick y vigilante en el papel más innecesario del mundo.
Está es una pérdida de tiempo, que parece ofensiva para un género del cine que lo único que exige es una historia bien narrada, la idea de tener a un hombre promedio con mejor tecnología básica que la policía o en su defecto tener a un asesino que grita las pistas desde el inicio y a nadie entendiéndolas es algo que pasando 10 minutos a cualquiera con un poco de cerebro lo obligará a abandonará por completo. Una verdadera lastima.