Sam Mendes es un nombre que poco se menciona cuando se enumera a los grandes directores de los últimos 20 años y eso es, en mi opinión, un tremendo error.
El hombre tiene una de las más envidiables mentes cinematográficas gracias a sus inicios en teatro (esa versión de Cabaret que has visto es gracias a él) y sus películas siempre tratan de explorar la complejidad del ser humano en situaciones extremas.
Sé que algunos irán de inmediato contra American Beauty por su controversial victoria en los premios de la Academia, pero ahí Mendes buscaba describir el letargo de la vida suburbana y tratar de sacarla de la monotonía. Con Road To Perdition entregó una de las mejores y más bellas cintas sobre Gangsters en décadas y aunque Spectre no fue algo bueno, Skyfall es una de las mejores películas de James Bond.
Ahora llega 1917, una de las pocas películas que explora la barbarie que fue la Primera Guerra Mundial en un género que vive obsesionado con su secuela. Mendes nos cuenta la simple historia de dos jóvenes soldados en una misión a través de kilómetros en el campo de batalla para tratar de evitar que 1,600 soldados caigan en una mortal trampa. Simple y efectiva pero al mismo tiempo compleja pues explora el honor de un soldado y la determinación de este ante su misión sin importar el peligro.
El diálogo es poco pero te golpea porque suena realista, estos no son G.I. JOE sonriendo mientras caminan en el campo de batalla, sus preocupaciones son el poder recibir una bala en cualquier momento, tener una comida caliente o reunirse con su familia pero Mendes no quita el dedo del renglón sobre la moralidad de cumplir una misión suicida.
Lo que seguramente han escuchado más es la impecable manera en que Mendes, ayudado por la leyenda viviente Roger Deakins, filmaron 1917 como una sola toma continua, claro que con las limitaciones temporales que vienen de filmar en digital o cinta dichas tomas duran aproximadamente 20 minutos pero gracias a astutos usos de escenografía o el gran avance de la tecnología, jamás vemos dichos cortes y esto hace que tu como espectador te sientas imerso en la acción, la cámara se tranforma en un tercer protagonista silente que camina por el mismo lodo, siente el impacto de las mismas explosiones como los dos soldados.
Filmar algo así siempre es difícil pero Mendes y Deakins tuvieron que explotar todo su talento para filmar en locación e idear como iluminar cada secuencia con luz natural ya que el movimiento en 360 grados de la cámara prohibía usar iluminación artificial.
1917 es un triunfo de la cinematografía, un poema visual que igual te aterra, reta a tus nervios y levanta tu espíritu. Sam Mendes se coloca muy firme como uno de los grandes del nuevo milenio. Esta cinta es no solo lo mejor del año, es una de esas películas que permanecerá en la historia del buen cine por siglos.
I’m Out!!!!!