En esta época del año no pueden faltar las millones de cintas navideñas, que van desde las clásicos comedias hasta las típicas animaciones. Pero ya son pocas las que verdaderamente han logrado sobre salir por tratar de tocar el tema desde un punto vista nuevo que haga que tanto grandes como chicos revivían esa magia que es esperar la noche para poder convivir en familia y obviamente recibir un regalo debajo del árbol. Este año parece que la cinta que pretende convertirse en esa que vivirá por varios años es Klaus. Una cinta española que logra recrear a Santa Claus como nadie más lo ha hecho.

Klaus nos cuenta como es que se creó la leyenda de Santa, la tradición de escribir cartas y recibir un juguete, todo aquello que vuelve mágico a la Navidad para los más chicos explicada de la manera más real pero sencilla de todos que a pesar de querer verse más honesta no pierde en ningún momento la magia. Aquí vemos los detalles que todos conocemos (renos, duendes, el traje rojo) explicado de la manera más sencilla pero siempre dejando en claro que el verdadero valor de esta época es el saber dar, pero dar amor, que es momento de dejar las diferencias y festejar como familia. Por que como bien lo dicen un acto de bondad siempre traerá otro.

Jesper es un hombre sin sentimientos que por sus malas decisiones termina siendo el cartero del pueblo más amargado del mundo, donde la única diversión es matarse unos a los otros. Todo esto empieza a cambiar cuando nuestro cartero conoce a Klaus un hombre con un gran vacío pero que no deja de creer que la sonrisa de un niño es aquello que finalmente nos cambia el humor del día. Decirles lo mucho que me gusto esta cinta seria poco, las varias ocasiones en donde con una escena tan simple como la de una niña riendo hace que se te mueva todo el corazón y en más de una ocasión las lágrimas de cocodrilo saldrán de sus ojos es lo mejor que les puede decir para que corran a ver esta película.

Esta es una película que nadie debe de perderse y que definitivamente hará creerá cualquier pequeño en la magia que es esperar a Santa Klaus.