En una década donde Disney ha estado consumiendo todo a su paso y cuya competencia ha perdido gran parte de su energía, me cuesta trabajo expresar la tremenda sorpresa que me llevé al ver «Mi Amigo Abominable» pues este fin de semana no tenía ganas de ver ningún drama pero esta cinta animada tampoco llamaba mi atención.

La historia trata de una adolescente que, tras la muerte de su padre, pasa sus vacaciones haciendo pequeños trabajos para ganar dinero y realizar un viaje que ambos tenían planeado hacer. Sus planes cambian cuando se encuentra a una enorme «bola de pelo» en su azotea, un legendario y mágico Yeti que escapó de las garras de un octagenario millonario.

Algo ha ocurrido en el mundo de la animación pues Dreamworks, quien 20 años atrás se volvieron una feroz competencia para Disney y Pixar, ahora está detrás de incluso Illumination Studios, su conclusión de Cómo Entrenar a Tu Dragón fue buena, pero prácticamente olvidada este año y ahora nos encontramos con otra película de este estudio, con muy poca publicidad pero que debería ser vista y aplaudida por todas las familias del mundo gracias a sus mensajes de no perder la alegría de vivir cada que nos pasa una tragedia, no alejarnos de aquellos que aun nos aman y valorar lo que es realmente importante.

Admito que los primeros 15 minutos son bastante genéricos y hasta algo tediosos pero una vez que Yi, Peng y Jin se embarcan en la aventura para regresar al Yeti «Everest» con su familia, la cinta despierta y se transforma en algo hermoso no solo como historia, también visualmente.

Es obvio que China puso mucho dinero para producir esta película pues en muchos momentos parece un comercial turístico del país, pero la verdad es que no le veo nada de malo a esto con esos espectaculares panoramas que nos ofrecen de la vida en la ciudad, en los campos, desiertos, ríos y montañas de la nación.

La película es muy graciosa pero jamás pierde el piso y se mantiene como una historia donde los personajes evolucionan todo el tiempo con sentimientos reales y problemas, que aunque parecieran fantásticos gracias al pequeño Yeti y su magia, en realidad son fáciles de relacionar para niños y adultos.

Esta es una de esas joyas que entras con cero esperanza de divertirte y terminas coronando como la mejor película animada del año.

I’m Out!!!!