La última entrega de Rambo ha llegado con un personaje ya más grande de edad que se ve cansado pero resulta ser solamente en apariencia pues sigue siendo el mismo soldado que hemos visto por años, solo que esta vez se enfocan más en una historia tomada de Taken pero con  Sylvester Stallone. Rambo se encuentra viviendo con una vieja amiga cuya nieta ha robado su corazón y es hasta que esta joven decide encontrarse con su padre que las cosas se complican, una noche de malas decisiones la lleva a ser secuestrada y convertida en una prostituta encontrar de su voluntad todo esto justo entre la frontera de México y USA. John hará todo lo que esté en su poder para así recuperar a la niña de sus ojos y vengarse de aquellos que le han hecho tanto daño.

Mi principal problema con esta película es el gran racismo que hay dentro de ella, no me molesta que los villanos sean mexicano puesto que este tipo de problemas (Trata de blancas) es algo que existe en todos lados, es la constante repetición sobre como México en general es un lugar sumamente peligroso donde parece que todo son drogas y prostitutas, al igual que tener actores españoles representando mexicanos. Si logran dejar esto a un lado verán que Stallone trata de muchas maneras hacer ver a su personaje un soldado cansado pero jamás lo logró, lo vemos ir y venir de un lado a otro sin parar, tras una buena pelea queda herido pero rápidamente se recuperar y el plan para vengarse comienza a tomar forma. Anexo a esto tenemos demasiados personajes que no aportan mucho a la historia, falta más conexión con la familia nueva de Rambo para que te afecte todo lo que le sucede a la joven nieta.

Finalmente tenemos la escena de acción que recuperar todo lo bueno de la primera al poner a Rambo a pensar las formas posibles para engañar a un grupo de hombres y destruirlos uno por uno en un terreno que conoce bien, esta parte puede ser ligeramente exagerada pero recuerda mucho a la película original, aquí Stallone explota como su personaje y da la mejor actuación de toda la cinta. El problema es que el guion se siente genérico, una copia de varias ideas que ya hemos visto con un conflicto poco pensado, lo que me deja pensado que Rambo es el problema, el personaje parece invisible y no hay mucho más que indagar lo que ya hemos visto en tres ocasiones. La sangre es buena, y posiblemente la violencia hacia las mujeres sea una realidad que pocos queremos aceptar pero fuera de esto Rambo: Last Blood es una triste despedida para un personaje que ya estaba sumamente muerto, esperemos esta sea la última vez que lo veamos en acción.