Cuando un escritor venido a menos recibe la oportunidad de trabajar con uno de los grandes actores del teatro francés, Edmond Rostand encontrará inspiración en el más inapropiado lugar y creará la obra más importante jamás interpretada en los escenarios.

Al ver esta película no pude evitar encontrar paralelos con Shakespeare In Love y después me enteré que fue al ver esta película en 1998 que el director Alexis Michalik encontró la manera de contar la historia de la puesta en escena de esta obra tan importante para el teatro francés y comprendí que hay instancias en las que un cineasta no plagia algo de otro sino que homenajea y esta cinta es justo eso, un homenaje a la forma tan única en que John Madden relató la creación de Romeo y Julieta.

Esta comedia romántica maneja perfectamente los momentos más importantes de la clásica historia y tanto Thomas Solivéres como el joven y desmotivado Rostand así como Olivier Gourmet en el papel del gran primer actor Constant Coquelin son tremenda dupla que cargan la película en dos frentes.

Mientras Rostand vive el equivocado romance como Cyrano de su mejor amigo Leó y su musa Jeanne, Coquelin trata de mantener a flote la producción de la obra entre un par de proxenetas productores, divas y un hijo imposiblemnte torpe.

La ambientación de finales de siglo 19 durante la afamada Revolución Bohemia resulta más interesante y aterrizada que en otras películas y los momentos cómicos provienen de un maravillosamente bien elaborado guión que sabe utilizar el ritmo que el cine moderno ha perdido pero que continúa vivo en el teatro.

Sin duda «Cyrano, mon amour» c’est un beau film practiquement parfait, que merece los aplausos que ha recibido en su país natal y es absolutamente imperdible pues es de lo mejor que ha ofrecido este 2019.

I’m Out!!!