ADVERTENCIA: En este artículo hablaré de varios detalles de Once Upon A Time In Hollywood, si no deseas leer spoilers no leas más.
Quentin Tarantino es uno de esos directores al que la controversia lo persigue sin importar que película realice, pero también es uno de los más influyentes en el cine moderno. Sus proyectos son consumidos vorazmente por fans, analizados hasta el cansancio por expertos y referidos por críticos cuando se habla de cierto tipo de cine, claro que también existen aquellos que buscan menospreciar su trabajo pero todo eso es bueno pues bien dicem que «no existe la publicidad mala, mientras se hable de ti».
Algo que ha sido notorio en los últimos trabajos del director, es su gusto por crear tangentes, alternativas de ciertos momentos de la historia mundial como un comando de soldados judeo-americanos logra asesinar a Hitler durante la Segunda Guerra Mundial o un esclavo ejecutando a una familia dueña de una plantación con un gran número de esclavos antes de la Guerra Civil Norteamericana.
Para muchos esto ha llegado a un punto insultante y sienten que el director ha «perdido el piso» pero lo que tal vez no entienden es el porqué. Tarantino no busca ajustar la realidad a su historia, lo que busca es dar a su público algo que los alegre porque el mundo real apesta y el cine está aquí para ayudarnos a escapar por unas horas.
Por 80 años, Hollywood ha tratado de pintar la Segunda Guerra Mundial como algo horrible que al final tuvo una conclusión triunfal pero la realidad no es esa, Estados Unidos no salvó al mundo, simplemente llegaron a eliminar lo que Europa había dejado vivo, su mayor conflicto fue con Japón y se debió a una disputa por petróleo. Ellos tampoco mataron a Hitler ni liberaron a los judíos, Hitler se suicidó (aunque admito que me encantan las teorías de que escapó a Argentina) y los judíos fueron liberados por la presión que el ejército ruso estaba haciendo acercándose cada día más. Tarantino sabe esto y como lo dijo en su momento «le molesta la mentira» por eso creó un universo en el cual Estados Unidos si hizo lo que erróneamente presume.
En cuanto a Django Sin Cadenas y The Hateful Eight, Tarantino simplemente propone que la Guerra Civil si fue «solo» por la erradicación de la esclavitud en Estados Unidos, suena más divertido que la realidad donde la esclavitud fue un factor publicitario del gobierno de Abraham Lincoln para justificar nuevas leyes y mayores impuestos. Además entrega algo que lamentablemente vemos muy poco, un héroe de color que hace justicia ante una de las peores etapas de el país vecino y que incluso nos hace cuestionar ¿Porque los esclavos nunca se levantaron en armas? aunque si lo hicieron solo que esporádicamente y con malos resultados. Para ver la seriedad con la que Tarantino toca el tema solo hay que ver la forma tan «humorística» en la que los blancos son asesinados en Django Unchained mientras que las muertes de la gente negra son brutales y dolorosas de ver.
Este significativo cambio es lo que hace a The Hateful Eight más interesante pues transcurre años después de lo que ocurre en Django Unchained y por eso, según palabras del director, los personajes tratan al personaje de Samuel L. Jackson de esa manera.
Incluso voy a irme a un extremo pero siento que esta «realidad alterna» se expande a Kill Bill también, aunque el director ha aclarado que esta película ocurre dentro del «mundo no tan real» pues es solo una película que ven los personajes de su «mundo real real» de Pulp Fiction y Reservoir Dogs, pensemos eso por un momento: Si Kill Bill es una película que los personajes de Pulp Fiction ven, eso quiere decir que The Bride no es interpretado por Uma Thurman sino por Mia Wallace quien pudo conseguir la fama que tanto quería y llevó a la pantalla grande la historia del programa en el que participó pero que jamás se realizó. Hasta dentro del universo de Kill Bill vemos que no es tan extraño que haya gente portando katanas, hasta los aviones tienen «porta-katanas» en los asientos, tal vez las personas que tienen una katana son los samurai modernos en esa realidad, guerreros que se dedican exclusivamente a impartir justicia y muerte como en los viejos tiempos y por eso son tan importantes.
Respecto a Once Upon A Time In Hollywood es justo lo que Tarantino quiso hacer con el asesinato de Sharon Tate, esta era una joven actriz con su carrera comenzando a despegar, querida por todos dentro y fuera de la industria y todo para que terminara asesinada por un grupo de locos fanáticos. QT busca no solo hacer justicia a Tate, sino a lo que su muerte trajo; una era de baja autoestima para el cine en Hollywood, el nacimiento del anti-héroe que hizo famosos a Clint Eastwood, Al Pacino, Gene Hackman y demás. Ese asesinato y la guerra de Vietnam fueron el fin del supuesto romanticismo en la industria del entretenimiento donde poco se enfocaban en la realidad social y siempre trataban de poner una capa de heroísmo a cualquier situación, una venda para decir que «todo estaba bien».
Muchos que han visto la película critican este cambio y la ultra violencia que los personajes de Brad Pitt y Leonardo DiCaprio muestran contra los miembros de la «Familia» de Charles Manson, pero yo soy de la misma opinión que Quentin, esa gente perdió todo vestigio de humanidad cuando decidieron matar a gente inocente y no se les debe dar un trato humano al mismo estilo que tampoco se le debe perdonar a los Nazis ni a quienes esclavizaron a gente inocente.
Tarantino adorna con extrema violencia su deseo por algo más entretenido, más cinematográfico y en el caso de OUATIH, algo que trae felicidad porque ese momento en el que Rick Dalton escucha la voz de Sharon Tate en el intercom tras los eventos ocurridos en su casa, la audiencia siente una tremenda alegría, cierta satisfacción porque sabemos la verdad y es horrible pero Tarantino nos ha dado una bonita mentira, un universo más agradable.
I’m Out!!!!!