La segunda parte de la aclamada serie de Netflix llego antes de lo esperado y tras todavía un muy buen capitulo navideño esta Part II, como la han presentado, sufre el mismo problema que tenemos en Riverdale. Al ser hasta cierto punto series hermanas no me sorprende que el show pasara por la misma travesía pero lo que si me saca de onda es que lo hicieran con tan pocos episodios. Estos nueve capítulos literalmente se transforman en una serie adolescente común y corriente donde pretenden que sucede mucho pero en realidad no pasa nada, con capítulos tan innecesarios que piensas en abandonar el show, si bien el desenlace es bastante bueno en un solo capitulo no logran rescatar 8 horas de martirio por un programa que se olvidó de la esencia principal que tenía.
Básicamente los primeros tres episodios se tratan de Sabrina luchando por perder o no su virginidad yendo de un hombre a otro sin importarle que tanto daño haga, después de esto se convierte en tres capítulos de relleno que cualquier serie acerca de la vida en la preparatoria tiene, aquel del tarot no aporta nada y todo lo que parece brillar en cierto momento se viene abajo cuando regresamos a la vaga historia que rodea a la vida diaria de Sabrina. Llegando al momento donde realmente mejoran la historia, esto ocurre en tan solo dos episodios y se siente tan acelerado que ni siquiera lo disfrutamos de un segundo a otro ya tenemos una profecía, Sabrina ya cumplió absolutamente todos los pasos, todo mundo ya sabe, y boom tenemos el gran final que si bien es muy bueno ya que cierra toda la historia que se viene desarrollando desde antes sigue sin ser lo suficiente para que aplaudamos esta segunda parte.
Una de las cosas mas molestas es como todos los personajes secundarios pasan a segundo plano y en varias ocasiones quedan olvidados casi por completo a pesar de tener buenos giros en sus tramas para volver a ser un utensilio que le ayuda a la protagonista. Dentro de esta aburrida segunda parte existen cosas interesantes, el crear una iglesia completamente opuesta a la católica, o el hecho de tener a un personaje que se identifica con el género opuesto y decide volverse en teoría “niño”, así como las nuevas parejas son algo que de verdad valdría la pena ver más a profundidad pero decidieron ocupar el espacio en morbo y relleno que no aporta nada. Sabrina sigue teniendo algo que nos mantiene ahí pero esta segunda parte no aporta mucho o algo necesario por lo que tener dos partes de cada temporada se me hace un error catastrófico.