Ha llegado el refrito de una de las peores películas que he visto en mi vida, la idea de volver hacer esta porquería sonaba mal desde un inicio pero tras varias críticas mi curiosidad aumento por el buen recibimiento que estaba teniendo. Esta nueva adaptación de la novela de Stephen King se mantiene más fiel al libro en algunas partes pero hace dos grandes cambios que vuelven a la película mucho más interesante. Nuevamente decir que esta cinta es terror es un error puesto que es más una película de suspenso con una buena historia sobre aprender a aceptar la muerte y dejar ir a los seres queridos, todo lo anterior con el toque zombie. La trama es sencilla una familia se muda al campó y descubren un cementerio detrás de su casa donde lo que sea enterrado ahí regresa pero cambiado, una desgracia sucede y al hacer uso de este lugar el terror invade sus vidas.
Entre las cosas buenas destacan el cambio de asesinar a la hija mayor en lugar del más chico, esto permite crear una mejor interacción con los personajes adultos y es más fácil realizar las escenas de violencias o miedo debido a que una niña de nueve años si puede aparecer en ellas y no es necesario el uso de un muñeco. El final es la otra parte que en verdad vale la pena, arreglan todo lo que se sentía torpe en la original y aquí le dan un giro bastante agradable. Fuera de eso la historia es la misma pero contada de una mejor manera, con detalles y actuaciones que superan por mucho a la primera, pero dejan muchas partes abiertas que se pudieron concluir desde un inicio.
Pet Sematary es una buena adaptación pero demuestra que no era necesario una nueva versión de una historia que siempre funcionara mejor en papel que en pantalla puesto que nadie sabe crear el enlace entre los personajes y el público para que de verdad sientas el dolor de la familia, y toda la secuencia final; aunque bien desarrollada, falla por completo al querer convencerte que estas ante algo diabólico.