El amor no es algo sencillo, es dolor, es miedo, pasión desbordada. Muchas veces hablamos de relaciones tóxicas como si se tratara de algo nuevo ¿Qué sucede cuando la situación que lo rodea es mala pero las dos personas involucradas son perfectas para ellos mismos y necesitan estar juntos?
Pawel Pawlikowski cuenta una historia muy personal y la adorna con una belleza cinematográfica que pocas veces disfrutamos en el cine moderno, hay una sensualidad dentro de esa lente, pasión que derrite el color y nos da una fotografía en blanco y negro exquisita para el trasfondo de la Guerra Fría y dos amantes unidos por la música y separados por ella también.
Cold War se basa un poco en la vida de los padres de Pawlikowski y por esa razón también sentimos cariño dentro de los encuadres pero el director hace bien en quitarse el filtro familiar para mostrar que ninguno de ellos es perfecto como ser humano, son seres que en un momento están envueltos en un amor salvaje y al siguiente uno se aleja porque resulta imposible seguir a otra persona tan enamorada pero conforme pasan los años sus caminos se cruzan y es innegable que estaban destinados a estar juntos.
Es malo de mi parte comparar el trabajo de dos grandes directores pero Pawlikowski y su director de fotografía Lukasz Zal dan las buenas y las malas a cualquier otro trabajo sobre el manejo del blanco y negro en una película, esta es una de esas que puedes pausar en cualquier momento y lo que queda en tu pantalla es una hermosa fotografía.
Mención aparte son las impresionantes actuaciones de Tomasz Kot y Joanna Kulig quienes necesitan mayor proyección internacional porque la forma en que te enganchan en esta cinta es sublime desde la primera vez que se ven. Hacen ver a la actuación como algo tan sencillo que a veces parece que estamos simplemente siguiendo a estas dos personas ahí hombro con hombro.
Cold War es, en pocas palabras, una obra maestra
10/10
I’m Out!!!!