El gran Hirokazu Koreeda regresa a la pantalla grande con otra más de sus grandes historias bañadas de hiper- realismo donde un grupo de personas viven en situación precaria consiguiendo alimentos robados de diferentes tiendas hasta que la llegada de una pequeña niña los hace examinar sus vidas.
Si algo sabe hacer Koreeda es tocar las fibras más delicadas sobre lo que la sociedad determina como «familia», su película «Like Father, Like Son» es uno de los mejores estudios hechos en el cine sobre este caso, principalmente porque no se toca el corazón endulzando la realidad al estilo Hollywood y aquí nos pone otro ejemplo donde el twist del final te deja boquiabierto pues en verdad jamás lo ves venir aunque toda la película te lo está diciendo.
Muchas veces creemos que la vida que llevamos es «efectiva» y no necesita ningún cambio mientras nos dé lo básico y estos personajes nos demuestran justo eso, van a trabajar en alho que no les exige mayor esfuerzo pero les da dinero suficiente, roban lo necesario y se mantienen en una rutina que se ve hasta en la comida y por los primeros 20 minutos esto está perfecto pero poco a poco comienzas a notar ciertos detalles que te hacen cuestionar la «dinámica familiar» un poco antes de que los personajes noten su estancamiento.
Koreeda fotografía vidas que parecen estar bien pero están vacías por dentro, un triste reflejo de la situación social actual de Japón donde el indice de suicido está a la alza, los matrimonios y nacimientos a la baja y cada vez buscan más «muletas» para esconder su soledad. La chica adolescente se sabe bella y lo explota en uno de esos salones de «Geishas» modernas donde los hombres incluso pueden pagar solo por pasar unos minutos recostados en el regazo de las mujeres y escucharlas hablar, pero esto es solo una máscara para evitar enfrentarse a las durezas del mundo real.
Cada uno de estos personajes cumple una función benéfica para los otros como un grupo de figuras rotas tratando de mantenerse unidas pero es el cuidado de un ser verdaderamente solitario que desborda el estado frágil de este grupo.
Shoplifters inspira a analizar nuestras decisiones, es triste cuando la realidad nos pega pero alentadora en otros aspectos. Otra obra maestra más de este director.
10/10
I’m Out!!!!!