Definitivamente odio el cine cristiano, no tengo nada en contra de la religión pero en realidad si me molesta que todo tenga que ser exagerado en extremo y que el mensaje que todos odiamos de los mormones sea comparable con cada película que nos traen de este género. Voy a comenzar diciendo que no esperaba una cinta religiosa y mucho menos, pero eso pasa por no investigar, junto a mi regla de no quitar una película tuve uno de los peores momentos de todo el año. La historia gira alrededor de dos hombres que realizan un viaje donde poco a poco se van conectando con sus difuntos padres mientras se hayan a sí mismos pero mediante de flashbacks vemos como es que los padres de estos dos se hicieron inseparables durante la guerra.

Bien esto me había llamado la atención y prometía ser una de esas historias para pasar el rato; el gran problema es cuando cada 5 minutos tenemos el necesario mensaje de creé en Dios. Repito es molesto que te quieran convencer de tal manera que ni siquiera te permiten pensarlo arreglan todo para que termines diciendo tienen razón. La exageración en las actuaciones, y en las escenas junto con un dialogo que jamás te pega de la manera necesaria es como esta cinta tira por la borda una gran idea en medio de un marketing extremo para la religión. Si las cosas se manejaran de diferente manera como lo ha sido “Little Boy” todo girarían de otra manera. Para no hacerles el cuento largo la cinta es una pérdida de tiempo que ni sabe mezclar el aspecto militar con lo que nos presentan en pantalla pero sobre todo me deja claro que el cine religioso debe desaparecer. Con esto queda confirmado que no volveré a  ver una cinta de este tipo.

0/10